Page 7 -
P. 7
CapítuLo ii
cupen sus asientos –ordena Elisa, y sus luces amarillas centellean–.
Dentro de dos minutos iniciaremos el descenso. –Y como ve que me
quedo remolineando sin dirigirme a mi puesto, la computadora añade–:¡A tu sitio
inmediatamente, Struff, no me hagas perder la paciencia!
–Se me ha extraviado un botón… –digo.
–Ya tendrás tiempo de buscarlo después.
–Es que lo necesito ahora.
–Ya solo falta un minuto. ¡Obedece!
–Pero es que…
En ese momento interviene don Miércoles, con su vozarrón que no admite
réplicas:
–¡A tu lugar, Struff, y sin chistar! –exclama, y no me queda más remedio que
hacer lo que me mandan.
23
Struff_2018.indd 23 2/10/18 4:21 p.m.

